¿Qué es el síndrome de ovario poliquístico?

El síndrome del ovario poliquístico o SOP es una alteración endocrina. Se caracteriza por una disfunción ovulatoria provocada por un exceso de hormonas masculinas (hiperandrogenismo). Afecta a, aproximadamente, un 10% de las mujeres, y está estrechamente relacionado con la fertilidad femenina.

Diferencia entre síndrome de ovario políquistico (SOP) y ovarios poliquísticos (OP)

Es importante puntualizar que no es lo mismo síndrome de ovario políquistico (SOP) que tener ovarios poliquísticos (OP).

Para considerar SOP deben estar presentes, como mínimo, dos de los siguientes síntomas:

1. Anovulación/Oligoanovulación.
2. Signos clínicos o bioquímicos de hiperandrogenismo (hirsutismo, acné, testosterona libre alta…).
3. Detección de más de doce folículos en, al menos, uno de los ovarios.

Sin embargo, las mujeres con ovarios poliquísticos o multifoliculares tienen ecográficamente muchos folículos en los ovarios, pero no sufren trastornos hormonales asociados a los dos primeros puntos. Es por ello que los OP pueden ser controlados por el ginecólogo; mientras que, en el caso del SOP, puede ser necesario, además, un control llevado a cabo por el endocrino.

Por qué motivo se produce el síndrome de ovario poliquístico

La función ovárica depende de muchas hormonas que, cuando no se producen en un momento y concentración adecuados, interfiere en el desarrollo de los óvulos y, por ende, en el funcionamiento de los ovarios.

En el caso del SOP, un exceso de hormona luteinizante (LH) y un nivel alto de insulina hacen que se produzca más testosterona. Como consecuencia, los óvulos no maduran lo suficiente y no se expulsan en la ovulación, por lo que se quedan instalados en el ovario en forma de pequeños quistes, de ahí su nombre de poliquístico.

Estos quistes, causados por la anovulación, son benignos y no requieren extirpación. Sin embargo, la no ovulación hace que la mujer no genere progesterona, una de las hormonas esenciales en el ciclo menstrual, por lo que las reglas pueden desaparecer o ser irregulares, dando lugar también a ovulaciones irregulares. Esto hace que, si se padece síndrome de ovario poliquístico, sea más complicado alcanzar el embarazo.

Cómo saber si padeces síndrome de ovario poliquístico

El síndrome de ovario poliquístico afecta sobre todo a adolescentes o mujeres jóvenes, y su síntoma más habitual son los ciclos menstruales irregulares. Se puede manifestar como:

• Oligomenorrea: ciclos menstruales muy largos, de más de 35 días. Ocurre en un 80% de los casos.
• Amenorrea: ausencia de menstruación.

Además, como consecuencia de la secreción excesiva de testosterona (hiperandrogenismo), también pueden desarrollarse acné, piel grasa, alopecia e hirsutismo (aumento de vello corporal y aparición en zonas típicamente masculinas, como la cara o el pecho).

Por otra parte, hasta un 50% de las mujeres con síndrome de ovario poliquístico presentan una resistencia a la insulina con una hiperinsulinemia reactiva que produce un síndrome metabólico con mayor tendencia a desarrollar a largo plazo trastornos como hipertensión arterial, dislipidemias (alteraciones en los niveles de colesterol en sangre) o diabetes.

Así mismo, la mitad de las pacientes con SOP presentan sobrepeso u obesidad. Esta última también se relaciona con el hiperandrogenismo, la resistencia a la insulina y la alteración del colesterol.

Tratamiento del síndrome de ovario poliquístico

Los tratamientos para el síndrome de ovario poliquístico dependen de los síntomas, de la intensidad de estos y de si están orientados a tratar el hiperandrogenismo, la irregularidad menstrual o la posible infertilidad. A la hora de decantarse por un tratamiento u otro, será esencial saber si la mujer se plantea un embarazo, tanto a corto como a medio plazo.

Cuando no se busca embarazo, se aconseja realizar cambios, en primer lugar, en el estilo de vida: la primera línea de tratamiento para el síndrome de ovario poliquístico será reducir el peso en caso de sobrepeso, hacer ejercicio y evitar el consumo de tabaco y alcohol para reducir el riesgo cardiovascular.

En segundo lugar, para tratar el hiperandrogenismo (acné, hirsutismo…), se deberán recetar anticonceptivos antiandrogénicos. Y, por último, para el tratamiento del propio trastorno menstrual se podrá recetar progesterona oral cíclica o anticonceptivos.

Por el contrario, si se busca el embarazo pueden ser necesarios cambios en el estilo de vida, tratamientos farmacológicos o técnicas de reproducción asistida.

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